Hoy en día, la adopción de buenos hábitos para mantener una correcta higiene bucal está prácticamente garantizada en la mayoría de la población. Todos hemos desarrollado una rutina que implementamos diariamente sin siquiera pensarlo. La importancia del cepillado de los dientes se enseña comúnmente en el sistema escolar con el fin de concienciar y fomentar el desarrollo de hábitos saludables desde una edad temprana.
Gracias a una buena higiene bucal y chequeos regulares con su dentista u ortodoncista, puede esperar mantener sus dientes durante toda su vida. En resumen, el cepillado de los dientes es parte de la vida, ¡y punto! En el siglo XXI, la higiene oral ya no es un misterio. Aún así, aquí hay algunos hechos divertidos que comparte el Dr. Ignacio García Espona y pueden sorprender incluso a aquellos que creen saber todo sobre los dientes.
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Los dientes blancos no son el ideal de belleza de todo el mundo
¿Sabías que hay una tradición vietnamita de lacar los dientes de negro a través de un procedimiento de complexión? De acuerdo con esta costumbre, aquellos que se barnizan los dientes son considerados más atractivos. Contrariamente a lo que se podría pensar, este procedimiento es realmente beneficioso para la salud de los dientes. La técnica y los productos utilizados mejoran el aliento y ayudan a prevenir las caries.
La saliva, un recurso inagotable
Pocos de nosotros tenemos dudas de que la saliva es una sustancia que nuestro cuerpo produce en gran volumen. Pero ¿sabíais que, en el transcurso de una vida, un ser humano puede producir suficiente saliva para llenar una piscina? ¡Estamos hablando de casi 25.000 litros!
La pasta de dientes a través de los tiempos
Evidentemente, los antiguos egipcios fueron los primeros en inventar la pasta de dientes. Se descubrió una receta tradicional de pasta de dientes en un manuscrito egipcio que data de la antigüedad. La mezcla estaba compuesta de sal, hojas de menta, pimienta y flores de lirio trituradas. Se añadía agua para crear una pasta que se frotaba en el diente usando una lengüeta.
Después de eso, los romanos retomaron la receta y añadieron componentes abrasivos, como piedra pómez triturada, cáscaras de huevo o de ostras.
En la Edad Media, el cuidado de los dientes no era una prioridad… La gente se contentaba con hacer gárgaras con una mezcla de sal marina, miel y vinagre.
No fue hasta el siglo XVIII que se desarrolló una receta efectiva, y se la debemos al médico de Luis XV. La receta era en realidad un líquido compuesto de canela, anís estrellado y clavo, reconocido por sus propiedades blanqueadoras y fortificantes. Este enjuague bucal, más conocido con el nombre de Botot, todavía se vende hoy en día.
Pero tendríamos que esperar hasta el siglo XIX para que la primera receta de pasta dental moderna fuera inventada, por un americano. ¡Créanlo o no, esta receta estaba hecha de una mezcla de tiza y jabón perfumado con menta!
Después de todas estas ideas descabelladas, esto demuestra lo importante que es no dormirse nunca en los laureles. Incluso si en el siglo XXI podemos presumir de nuestra perfecta higiene bucal, es esencial que mantengamos nuestros buenos hábitos. Si necesitas a alguien que te refresque la memoria, ¡pregúntale a tu ortodoncista o dentista! ¡Él o ella es un experto en el tema!